viernes, 29 de noviembre de 2013

ESCUELA MODERNA FRANCESA DE FREINET

ESCUELA MODERNA FRANCESA DE FREINET

Con respecto al propio pedagogo francés, podemos concluir que es indudable  que Freinet no se considera un teórico de la educación, pues en varias ocasiones  afirma que los significados los ha sacado de la práctica; progresa, por tanto, no de la  teoría a la práctica, sino de la práctica a la teoría. Sin embargo, hay varios  presupuestos que fundamentan su pensamiento pedagógico y que garantizan su  coherencia interna.

Podemos afirmar, junto a Palacios que “Freinet caracteriza toda otra etapa del  movimiento de la Escuela Nueva ; estamos  convencidos de que la figura de  Freinet, así como su práctica pedagógica, señalan un punto de madurez para  nosotros indiscutible…; el estudio de Freinet es insoslayable”.
Su mayor contribución pedagógica la constituyó su visión del niño, del trabajo  y de la sociedad como elementos indisociables y complementarios en el contexto  educativo: Hoy en día aquel maestro que se incline por llevar a la práctica las ideas  del maestro Freinet, hace hincapié en la educación de valores como la democracia,  la libertad de expresión, la comunicación, el compromiso, la responsabilidad y el trabajo de equipo.
Con relación al concepto de educador, hay que destacar que parece encerrar cierta ambigüedad, tanto en lo referente a su rol como a su formación profesional. Si  por un lado precisa que “…no debemos cargar el acento sobre una reforma de los  educadores…”, por otro señala que hay que hacer mucho trabajo en el “…campo  docente… para alcanzar esta renovación de las bases de nuestra educación” y que  se necesita “…un cambio radical en el espíritu y en la concepción del papel del  educador”

En consecuencia, cuando “los educadores de la Escuela Moderna son ciudadanos responsables que sienten la obligación de militar en todos los campos a favor de una sociedad nueva” y sienten la necesidad de comprometerse políticamente están unidos por un mismo ideal y son fieles al espíritu de la pedagogía freinetiana.
Freinet une al niño con la vida, con su medio social, con los problemas que le  atañen a él y su entorno. La escuela Freinet es una escuela viva, continuación de la  vida familiar, de la vida del medio. La única forma de convertir la educación en una  preparación y puesta a punto para la vida es ligarla con ésta, con sus problemas y  realidades.  No será una escuela anárquica en la que el maestro no consiga mantener la  necesaria autoridad. Lo que habrá desaparecido de ella es, efectivamente, esa  disciplina exterior y formal sin la que la escuela actual sería el caos y la nada.
La escuela tradicional se centraba en la materia que debía enseñar y en los programas que definían esta materia, la precisaban y la jerarquizaban. La organización escolar, los maestros y los alumnos debían someterse a sus exigencias. La escuela de Freinet en cambio se concentra en el niño como miembro de la comunidad. Las  técnicas que se deban dominar, las materias de enseñanza, el sistema de  adquisición, las modalidades de la educación surgirán de las necesidades esenciales  del niño en función de las necesidades de la sociedad a la que pertenezca. Se trata  de un verdadero resurgimiento pedagógico, racional, eficaz y humano, que debe  permitir al niño acceder a su destino de hombre con la máxima potencia.
Freinet dedicó su vida a crear una escuela distinta que interese a los niños, una  escuela moderna adaptada a las necesidades del sujeto, una escuela por la vida, para la vida por el trabajo. Establece una escuela que da la palabra a los alumnos, una  escuela crítica, creativa y por tanto investigadora. Una escuela con un claro sentido  de la formación integral de los niños. 

«La escuela no debe desinteresarse de la formación moral y cívica de los niños y niñas, pues esta formación no es sólo necesaria, sino imprescindible, ya que sin ella no puede haber una formación auténticamente humana».






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